12 Dic , Virgen de Guadalupe

La Virgen María, a través de la Guadalupana
nos dice a cada uno de nosotros, como le dijo a Juan Diego:

"No temas, aquí estoy Yo que soy tu MADRE"

"No se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. No estoy yo aquí? No soy tu Madre? No estás bajo mi sombra? No soy yo tu salud? No estás por ventura en mi regazo? Qué mas has menester?
No te apene ni te inquiete otra cosa."

Hace 500 años, a través de la Virgen María y un humilde y santo indio, “Juan Diego, Dios cambió el mundo. Hoy puede hacer lo mismo (a través de la Virgen María y de sus humildes y santos siervos, que podemos ser nosotros mismos)”.

“Un laico, un indio, que pudiera parecer que no tiene mayor importancia, cambia la historia, de su momento y la nuestra también”.

“Es cierto, un indio sencillo que nació en 1474 muere en 1548 y pudiéramos decir que es tan antigua su historia que no tiene nada que ver conmigo, y sin embargo sí tiene que ver con cada uno de los que estamos en este momento, y tendrá seguramente para las generaciones futuras mucho que ver en su vida”.

ORACIÓN
A LA VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.


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