Una Navidad desde la Fé - Diác. Jorge Novoa

La Navidad en la cultura contemporánea ha sido sometida a un vaciamiento de su verdadero significado religioso, desvirtuando la verdad de su mensaje y el modo de comprenderla y celebrarla. Ella aparece manipulada por el “mercado” cultural actual que intenta darle una “utilidad práctica” de corte comercial. También se ha desvirtuado el modo de prepararla. Trataré de proponer algunas verdades del misterio de la Navidad que nos ayudarán a disponernos adecuadamente para vivirla desde el espíritu que manifiesta.

Buena Noticia de Dios

La primera palabra que me sugiera la Navidad, es la invitación que nos realiza la Iglesia a poder descubrirla, recibirla y vivirla como Buena Noticia de Dios, así lo dice el texto de la Escritura: “les anuncio una buena noticia..”. Dios en la Navidad anuncia una Buena Noticia y también la muestra, la hace perceptible a los sentidos, dirá el apóstol Juan en la década del 90: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida…”(I Jn 1,1).

La Navidad como Buena Noticia de Dios al hombre de todos los tiempos, es un misterio de fe para oír, ver y contemplar en los diversos pasajes de la Escritura: como “una gran alegría que lo será para todo el pueblo” (Lc 2,10) . “Alégrate” (Lc 1,28) le dice el arcángel Gabriel a María, y ella responderá a esta invitación con el Magnificat, respuesta admirable del espíritu humano que ha penetrando en el santuario del misterio anunciado: “mi espíritu se alegra en Dios mi salvador” (Lc 1,47).

Dios nos invita a recibir la alegría que brota de este acontecimiento. Ella no tiene su origen en los bienes materiales, de los obsequios y comidas que podamos compartir, de ellos podemos prescindir o en su defecto ordenar adecuadamente para expresar aquello que no puede faltar, el misterio de la Navidad. No hay Navidad sin Jesús. Es su nacimiento el motivo de nuestro gozo. Dios se hizo hombre. El Verbo se hizo carne (Jn 1,14).

Mientras el anunciado permanece en silencio, ya nos introducen en el misterio de la Navidad: los ángeles, magos, María, Simeón, Ana, Zacarías e Isabel. Este coro de hombres, secunda a los coros angélicos, que proclaman: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres…”. La alegría de la Navidad, es alegría por la salvación que ha irrumpido en el mundo, concretamente en un niño que “se nos ha dado” en Belén. Hacia allí Dios dirige las miradas, esta es su invitación: si quieres encontrarte con la salvación que ha llegado al hombre, debes mirar lo ocurrido en Belén. Hay alguien que es portador de la salvación para los hombres y que nos anuncia algo, que debe llenarnos de alegría. Debemos oír, ver y contemplar el mensaje que Dios da en Belén.

Esta Buena Noticia permanece como mensaje eterno abierto para la humanidad, de ayer, hoy y siempre. “Hoy les ha nacido un Salvador” (Lc 2,10-11). Este "hoy" que resuena en el mundo, se refiere al acontecimiento que tuvo lugar hace más de dos mil años y que cambió la historia del mundo, y tiene que ver también con nuestra Navidad hoy. La invitación del Señor permanece hoy abierta para nosotros, nos dice: vayan “encontraran a un niño recién nacido envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. El acontecimiento es palabra e imagen, que muestra visiblemente su elocuente mensaje.

Dios visita a su Pueblo

Dios se aproxima, se hace cercano, prójimo. Navidad es anuncio “definitivo” de esta cercanía de Dios. En las religiones de la antigüedad, el abismo que separaba a Dios de los hombres, era infranqueable, Dios al aproximarse suprime este abismo. Se acerca, poniendo al hombre en una situación totalmente nueva con relación a todos los hombres de todos los siglos anteriores, ha desaparecido el abismo infranqueable. El invisible se muestra, se hace visible, y fundamentalmente nos visita para quedarse. El nombre del niño hace referencia a este aspecto del mensaje: “Dios con nosotros”.

La salvación que somos invitados a contemplar se nos muestra en un niño recién nacido en un establo. Dios irrumpe en el mundo, sin la custodia de un gran ejército, aparece en la fragilidad y pequeñez de un niño indefenso. La proximidad asumida es irrestricta. El Padre deposita lo más preciado, lo más valioso, a su Hijo Único en brazos de los hombres, son María su Madre y José quienes custodian con sus cuidados amorosos al Rey del Universo.

La Encarnación deja conocer la pedagogía divina de su plan que irrumpe sin ruidos estridentes, iniciando su presencia entre nosotros de modo silencioso, humilde y pobre. Los recursos de Dios para iniciar su obra en el mundo siempre interpelan nuestros proyectos personales, familiares y eclesiales. Jesús vino para quedarse, y según lo anunciado: “su reino no tendrá fin”. Recordemos la promesa del Resucitado que va en esta misma dirección: “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.La Iglesia en la Navidad, levanta su dedo indicador, como Juan Bautista, para señalar en dirección de Belén, invitando a los hombres a contemplar al niño Salvador que “se nos ha dado”.

Los pastores

Qué debemos hacer? (Hch 2,37) Preguntamos a los discípulos como en el día de Pentecostés. Y todo se sintetiza en esta palabra: es necesario responder favorablemente al Dios que viene a nuestro encuentro. Enumeraré algunas disposiciones del corazón que podemos reconocer en las actitudes de los pastores o los magos, cada uno de ellos nos da una enseñanza.

De los pastores resaltamos la prontitud de la respuesta, se encontraban velando por turnos el cuidado del rebaño, pero ante el anuncio, comprenden la magnitud del momento. Podían haber respondido, no podemos ir ahora, debemos ocuparnos de lo nuestro. Son hombres que nos enseñan a distinguir y reconocer que hay un orden de prioridades. Diría que saben dar a Dios lo que corresponde y al Cesar lo que es suyo. Hoy, los spots publicitarios nos proponen tantos destinos posibles para estos días, que podemos olvidar esta Verdad. Podemos prepararlo todo, pero prescindiendo de Jesús, de su nacimiento y de su mensaje. Puede ser que no te resulte tan atractivo ir hacia la gruta donde se encuentra el niño, tal vez, encuentres el lugar un poco lúgubre o aburrido. Si así fuera, estás muy necesitado del Señor, tu corazón está desértico.

Los magos

Han peregrinado desde lugares muy lejanos, con una firme convicción, para ello han sorteado diversos obstáculos. La intuición que guardan en su corazón, les ha permitido reconocer la estrella luminosa que los guía por el camino. Son buscadores de la verdad que anuncia la estrella. Portadores de una serie de presentes que presagian la dignidad del buscado. Oro, incienso y mirra. Cada uno de ellos es también anuncio de la verdad sobre el niño. Los magos le reconocen como rey, a pesar del maloliente establo y su entorno austero. Él es el Rey. La mirra hace referencia a que es verdadero hombre, tal como lo presentó más tarde Pilato: “He ahí al hombre”… Es el hombre que Dios sueña, con el que se inicia una nueva humanidad. Y finalmente, el incienso, se debe a que es Dios, los magos saben encontrar al Todopoderoso en el niño que está recostado en el pesebre, la estrella al detenerse anuncia su presencia. Y tú que respondes: Es tu Rey? Su palabra edifica el hombre nuevo que hay en ti? Es tu Dios?

La rutas en dirección de Belén permanecen transitadas, ayer hubo allí pastores y magos, también estuvo Herodes, hoy hay turistas, comerciantes, indiferentes y creyentes. Cómo vas tu en esta peregrinación hacia Belén? Sientes que conviven en ti, algunos de estos modos inadecuados de peregrinar?

“Ahora bien, ¿qué hay de nosotros? ¿Estamos tan alejados del portal porque somos demasiado refinados y demasiado listos? ¿No nos enredamos también en eruditas exégesis bíblicas, en prueba de la inautenticidad u autenticidad del lugar histórico, hasta el punto de que estamos ciegos para el Niño como tal y nos enteramos nada de él? ¿No estamos también demasiado en Jerusalén, en el palacio, encastillados en nosotros mismos, en nuestra arbitrariedad, en nuestro miedo a la persecución, como para poder oír por la noche la voz del ángel, e ir adorar?” [1]

Adorar

Nuestro espíritu y corazón sienten deseos de reverenciar en la fe al Señor. La adoración como expresión de la fe debe encontrarse al final de nuestra peregrinación. Postramos nuestro corazón lleno de gratitud ante el misterio que contemplamos, sumándonos a esa gran cadena de adoradores de todos los tiempos, que peregrinaron, peregrinan y peregrinarán en dirección de Belén. Dios se hizo hombre, el Verbo se hizo carne, ha nacido el Salvador.

“Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador; alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida”[2].

[1] J. Ratzinger, El buey y el asno junto al pesebre, www.feyrzon.org.

[2] San León Magno, Sermón 1, en la Natividad del Señor (1-3,PL 54, 190-193)

Te deseo: Feliz Navidad y El Cielo

"Que Jesús, autor de la vida, esté presente en
esta nueva Navidad, colmando tú vida de bendiciones,
luces y mucha paz"

La Virgen María en Medjugorje, sugirió los siguientes temas de meditación para los días de la Novena de la Navidad.
  1. Habrán sus corazones, porque Jesús quiere habitar en ellos después de Navidad.
  2. Acojan la Navidad con alegría.
  3. Purifíquense para la Navidad.
  4. De ahora en adelante, permitan que Jesús ocupe el primer lugar en sus corazones.
  5. Permitan que sólo Jesús los colme de alegría.
  6. Permitan que el amor esté presente en cada una de sus palabras.
  7. Nace el Hombre – Dios que desea el mundo unido.
  8. Vivan en Jesús.
  9. No se aparten de la Navidad.

A continuación, algunos mensajes sobre la Navidad

16 de diciembre: “¡Queridos hijos: procuren que de la iglesia emane la fragancia de Navidad! ¡Y que la Navidad esté ya en los peldaños de su casa! Purifiquen sus corazones, de manera que estén listos para recibir a Jesús en Navidad. ¡No permitan que las cosas materiales tomen la delantera sobre la Navidad de Jesús! Queridos hijos, Jesús nace: ¡recíbanlo con un corazón alegre!”.

18 de diciembre: “Queridos hijos: deseo que cada uno de ustedes prepare en su corazón el pesebre para Jesús”.

21 de diciembre: “Queridos hijos: deseo que ustedes sean como una flor que florece en Navidad para Jesús; una flor que no se marchitará, y que nunca cesará de florecer aún cuando la Navidad halla pasado. Deseo que sus corazones sean como los pastores de Belén delante del pesebre de Jesús”.

25 de diciembre: “¡Deseo que esta sea para ustedes una Navidad luminosa!”.

20 Dic. Cumpleaños de mi Padre

Mi Padre cumplía años hoy 20 Diciembre.
Era de las fechas más importantes para mi.
Él partió a la casa del Padre el 31 de marzo de 1993, con 63 años.

Por la gracia de Dios, sané mi historia con mi Padre.
Él me dio lo mejor, "siempre nos dan lo mejor". Pero hubo cosas de niños que se grabaron en mi, y después en mi adolescencia, "juzgaba a mi padre". Era muy defensor de mi Madre. Quién soy yo, para juzgar a alguien ??. Nadie puede juzgar a nadie, sólo Dios, nuestro Creador.
Él día que el me faltó, que fue en el año 1993, ahí recorrí un camino de duelo, luego de maduración, crecimiento, de romper un "molde" que me había puesto (me llevo unos cuantos años). Al principio sentí que mis cimientos, mi estructura, se habían deteriorado. Se ve que construí mis proyectos sobre mi Padre, para agradarlo. Tal vez porque cuando niño alguna vez me dijeron, que no era inteligente y alguna cosa más, que te queda grabada y luego te pasas gran parte de tú vida, tratando de demostrar que eres lo contrario a eso. En un momento de tú vida, haces una pausa y te planteas ¿Porqué sigo haciendo esto, demostrando a quién ? buscando aprobación, por qué ? Ahí me di cuenta que debía sanar algo de mi historia, no era normal lo que hacía. Tal vez también debía sanar algo que quedó impreso, desde el vientre materno, que solo Dios sabe.
Mi Padre me regaló su gran corazón, que es el regalo más preciado.
Allá por el año 2001, sané mi historia con mi Padre. Le pedí perdón, le escribí una carta.
El resto de mi historia la sané, con el Rey de Reyes, con Jesús, de la mano de Mi Madre Celestial.
Y la sigo sanando ...

A mi Padre, le gustaba mucho la pesca. Estos gustos siguen en mi familia.
Está herencia de la pesca también viene de la rama de los Puentes, mi segundo apellido.
Hoy quiero recordar a 2 grandes hombres también:
- A Don Washington Puentes Chiesa: ayer estuve leyendo algo de él.
- A Don Ignacio Santa María, mi abuelo.
Dos grandes hombres, amores y modelos de personas.
Los recuerdo con gran cariño y admiración.

A mi Padre Julio, a Don Wáshintgon y a Don Ignacio, que Dios los tenga en la Gloria !!!.
Ellos seguirán estando en mis oraciones.
Recuerden que ellos mismos interceden por nosotros, allá, en el Reino de los Cielos.
La única oración que se pierde, es la que no se hace.

A ti Padre mio, tal vez nunca pude decirte en vida, te lo digo hoy: TE AMO PAPITO !!! DESCANSA EN PAZ !!!.

Adviento, que buena noticia, JESUS VIENE !!

Terminaron las jornadas de Adviento, según estaban programadas en María Reina de La Paz.
El Señor seguirá actuando, preparando los corazones de las personas que se han dejado alcanzar por su Espíritu. Sólo hay que entornar la puerta de nuestro corazón, para que Dios derrame su Espíritu Santo en él. Todos los días y a cada instante tienes la oportunidad de hacerlo, para que penetre en ti una luz nueva, que enciende todos esos apagamientos, riega tú aridez, corrige tus desvíos, sana tus heridas, elimina todo, lo que no te deja ser luz para el mundo. Te da una mirada nueva. Desaparecen las cenizas que hay en tú corazón herido, cansado, desilusionado. Remueve y renueva todo.
Te hace ver cosas que antes no veías, porque de alguna forma, sino recibimos de Dios, el Espíritu Santo, "no podemos ver". Nos hace ver, nuestras realidades y a nuestros hermanos, con ojos nuevos, los de Dios. Una explicación de la Efusión del Espíritu Santo, por el Padre F.Barrera : http://www.badongo.com/file/3151747

12 Dic , Virgen de Guadalupe

La Virgen María, a través de la Guadalupana
nos dice a cada uno de nosotros, como le dijo a Juan Diego:

"No temas, aquí estoy Yo que soy tu MADRE"

"No se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. No estoy yo aquí? No soy tu Madre? No estás bajo mi sombra? No soy yo tu salud? No estás por ventura en mi regazo? Qué mas has menester?
No te apene ni te inquiete otra cosa."

Hace 500 años, a través de la Virgen María y un humilde y santo indio, “Juan Diego, Dios cambió el mundo. Hoy puede hacer lo mismo (a través de la Virgen María y de sus humildes y santos siervos, que podemos ser nosotros mismos)”.

“Un laico, un indio, que pudiera parecer que no tiene mayor importancia, cambia la historia, de su momento y la nuestra también”.

“Es cierto, un indio sencillo que nació en 1474 muere en 1548 y pudiéramos decir que es tan antigua su historia que no tiene nada que ver conmigo, y sin embargo sí tiene que ver con cada uno de los que estamos en este momento, y tendrá seguramente para las generaciones futuras mucho que ver en su vida”.

ORACIÓN
A LA VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.


Basilica Nuestra Señora del Socorro - Bs.As.

Hermoso mensaje: "ES PADRE Y NOS PERDONA" .
Él nos perdona TODO. No hay NADA que Dios, no pueda PERDONAR.
Lo único que desea es: vernos felices y habitar en nuestro corazón.
Vuelve a casa hermano(a), http://www.badongo.com/file/4934849
Tú Padre te está esperando.
Anhela abrazarte. Nadie te AMA como ÉL..
http://www.badongo.com/file/3807877


Estoy a tú puerta y llamo (Ap. 3,20)

¿Con qué actitud, de qué manera contestamos a la llamada de Dios, cuando este está a nuestra puerta? Sólo desde la humildad sincera podremos alcanzar la auténtica libertad de los hijos de Dios, desprovistos de toda soberbia. Una humildad que encontramos presente, como modelo perfecto, en la Virgen María. Una humildad que nos lleva a ser como niños, a mirar como niños, pues sólo desde la infancia espiritual podremos desterrar la desconfianza sobre la capacidad de alcanzar la verdad, el desaliento ante nuestras limitaciones y las de nuestros prójimos, la angustia ante los males del mundo y, en definitiva, la desesperanza.

"Estoy a la puerta y llamo"
así dice Cristo a tu alma...
¡Ahora mismo está llamando!

"Si escuchas mi voz y abres la puerta,
entraré a ti… y cenaré contigo,
y tú conmigo."

Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, día y noche. Aún cuando tú no estás escuchando, aún cuando dudas de que pueda ser Yo, Yo estoy ahí. Yo estoy esperando aún la señal más pequeña de tu respuesta, el menor susurro para invitarme, y que Me permitas entrar.
Y quiero que sepas que en cualquier momento en que me invites, Yo vengo siempre, sin falta. En silencio y sin ser visto, vengo pero con poder y amor infinitos, y traigo los innumerables regalos de Mi Espíritu.
Yo vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y sanarte, y con amor por ti más allá de tu compresión. Un amor en todo tan grande como el amor que Yo he recibido del Padre ("Tanto como el Padre me ama, así os he amado…"[Jn. 15:9] ). Yo vengo ansiando consolarte y darte fuerzas para levantarte y sanar tus heridas. Te traigo Mi luz para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Yo vengo con Mi poder para llevarte a ti y a todas tus cargas; con Mi gracia para tocar tu corazón y transformar tu vida; y Mi paz te doy para calmar tu alma.
Te conozco completamente; Yo sé todo acerca de ti. Hasta los cabellos de tu cabeza los tengo contados. Nada de tu vida carece de importancia para Mí. Te he seguido a través de los años, y siempre te he amado; aún en tus descarríos. Yo conozco cada uno de tus problemas. Yo conozco todas tus necesidades y preocupaciones. Y sí, conozco todos tus pecados. Pero te digo otra vez que Yo te amo - no por lo que hayas o no hayas hecho; te amo por ti mismo, por la belleza y dignidad que Mi Padre te dio al crearte a Su propia imagen. Es una dignidad que has olvidado frecuentemente, una belleza que tú has manchado con el pecado. Pero te amo como eres, y he derramado Mi Sangre para rescatarte. Si tan solo me pides con fe, Mi gracia tocará todo lo que necesita cambio en tu vida; y Yo te daré la fuerza para librarte del pecado y de todo su poder destructor…
Yo sé lo que hay en tu corazón;Yo conozco tu soledad y todas tus heridas: los rechazos, los juicios, las humillaciones. Yo las soporté todas antes que tú. Y las soporté todas por ti, para que tú pudieras compartir Mi fortaleza y Mi victoria. Yo conozco especialmente tu necesidad de amor; cómo estás sediento de ser amado y consentido. Pero cuán a menudo tú has tenido sed en vano, buscando ese amor en forma egoísta, esforzándote por llenar el vacío dentro de tí con placeres pasajeros; con el vacío aún más grande del pecado. ¿Tienes sed de amor? "Vengan a Mi todos los que tengan sed…."[Jn.7:37]. Yo te saciaré y te llenaré. ¿Tienes sed de ser valorado, querido? Yo te quiero más de lo que imaginas, hasta el punto de morir en una cruz por tí.

"Aférrense a María, Ella es el camino más corto para llegar a Jesús. Ella adelanta nuestro camino, vino de nuevo en nuestras vidas."