Conversión (Isaias 55,3-11) - P. Miguel Pastorino




Promesa de una alianza eterna

55:3 Presten atención y vengan a mí,
escuchen bien y vivirán.
Yo haré con ustedes una alianza eterna,
obra de mi inquebrantable amor a David.
55:4 Yo lo he puesto como testigo para los pueblos,
jefe y soberano de naciones.
55:5 Tú llamarás a una nación que no conocías,
y una nación que no te conocía correrá hacia ti,
a causa del Señor, tu Dios,
y por el Santo de Israel, que te glorifica.

Los inescrutables caminos del Señor
55:6 ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar,
llámenlo mientras está cerca!
55:7 Que el malvado abandone su camino
y el hombre perverso, sus pensamientos;
que vuelva al Señor, y él le tendrá compasión,
a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.
55:8 Porque los pensamientos de ustedes no son los míos,
ni los caminos de ustedes son mis caminos
—oráculo del Señor—.
55:9 Como el cielo se alza por encima de la tierra,
así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos
a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

La eficacia de la Palabra del Señor
55:10 Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
y el pan al que come,
55:11 así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mí estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé.

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