
Hace pocos días vi una propaganda de cubrecamas y toallas para niños, estampadas con la imagen de un ataúd que contenía una sonriente calavera. Me pregunté: ¿por qué puede llegar a fabricarse algo tan morboso para un niño? ¿Le gustará a alguno irse a dormir viendo la imagen de la muerte en su propia cama? Al comentar mis dudas me dijeron: ¡es que se viene la fiesta de Halloween!
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