Tras las huellas de Pablo - Somos Hijos, no Esclavos

Escucho a Pablo (Rom 8, 14-17):
"Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues bien, ustedes no han recibido un Espíritu que los haga esclavos, para caer de nuevo en el temor, sino que han recibido un Espiritu que los hace hijos adoptivos y nos permite clamar: "Abba", es decir "Padre". Ese mismo Espiritu se une al nuestro para juntos dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, siempre y cuando ahora padezcamos con él, para ser luego glorificados con él"

Reflexiono a la luz de Aparecida (No. 23):
"Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toca clase de bendiciones en la persona de Cristo (cfr. Ef 1,3) El Dios de la Alianza, rico en misericordia, nos ha amado primero; inmerecidamente, nos ha amado a cada uno de nosotros, por eso, lo bendecimos animados por el Espíritu Santo, Espíritu vivificador alma y vida de la Iglesia. Él, que ha sido derramado en nuestros corazones, gime e intercede por nosotros y nos fortalece con sus dones en nuestro camino de discípulos y misioneros."

Me examino
¿Me siento realmente hijo de Dios?
¿Valoro el bautismo que me hizo hijo de Dios?
¿Tengo presente que al recibir el bautismo, renuncié a todo lo que me esclaviza?

Oro con Salmo (145, 13-18):
"El Señor es fiel a todas sus palabras,
leal en todas sus acciones
El Señor sostiene a todos los que caen
y levanta a los que desfallecen
Los ojos de todos se fijan en ti
y esperan que tú les des
la comida a su tiempo;
abre tu mano y sacias de favores
a todo ser viviente.
El Señor es fiel a todo lo que hace,
leal en todas sus acciones.
El Señor está cerca
de los que lo invocan,
de todos los que lo invocan
sinceramente.

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